Vestigios de recuerdos familiares resuenan en imagen. La resonancia de los tiempos, conforman anacrónicamente una dimensión. La elección del acrílico, como soporte, se utiliza en función del concepto. La transparencia de las cajas, permite ver capas y capas de papel, que conforman un paisaje, donde habitan personajes de un mundo imaginario y objetos antropomórficos, que invitan a perderse en un espacio barroco, colmado de curiosidades y de pequeños detalles. Como un ir y venir, habitar lugares que alguna vez fueron imaginados. Construir en eco la imagen, desafiar las creencias sobre la linealidad del tiempo, espacio y aproximarse sutilmente a lo infinito. El tiempo, laberíntico, donde confluye un todo y se vuelve uno, donde habitan todos los tiempos o posibilidades y convergen diversos espacios en uno mismo.

La obra fue realizada con 300 papeles trabajados con la técnica del dibujo y el calado de papel. Su distribución consta de tres cajas de acrílico transparente de 20 x 30 x 15 cm.

En el año 2019 formo parte de las obras seleccionadas en la categoría de dibujo del Salón Nacional de Artes Visuales, Argentina.